NUTRICION, DEPORTE Y UN BUEN
ESTILO DE VIDA
Hola que tal amigos, existen muchas personas que han hecho de la actividad física y la buena alimentación algo cotidiano en sus vidas, manteniéndose en excelente estado de salud y forma física, aunque también hay quienes han hecho del sedentarismo y de llevar una alimentación deficiente una mala costumbre que termina provocando tarde o temprano varias afecciones a la salud. El siguiente artículo tiene la intención de que entendamos lo que significa tener un estilo de vida sano, las ventajas a nivel de estética corporal, salud y calidad de vida que provoca llevarlo así como los riesgos y desventajas que nos provocaría el no llevarlo a cabo.
La aspiración al pleno disfrute de la vida es una esperanza para todos los seres humanos, pero es común su concepción como la consecución de un estatus social al que se llega mediante esfuerzos sostenidos provocadores de un estrés permanente, y donde el uso del alcohol, el tabaco y de otras sustancias estimulantes o tóxicas constituyen una válvula de escape a la cotidianeidad y el cambio de actividad se dirige al sedentarismo y los malos hábitos alimentarios, que a fin de cuentas afectan la salud.
Carlos Pérez 2° Sport Model Masculino “A” Musclemania Prestige 2013.
La preservación de la salud física y mental constituye una responsabilidad individual, con independencia de las acciones dirigidas a su conservación.
Por estilo de vida entendemos la adopción de un patrón conductual que refleja un estado vivencial, influido por las normas de convivencia y condiciones socioeconómicas bajo las que se desarrolla el ámbito de vida de cada persona.
Relacionado con el estilo de vida se encuentra la forma física, definida en algunos casos como la capacidad de una persona para realizar satisfactoriamente el trabajo muscular, sin embargo, debemos considerar que en el hombre converge todo un sistema de influencias ambientales, biológicas, sociales, que ponen a prueba su actuación como un ser orgánico bio-social y la respuesta más cercana al valor óptimo de ellas, en su integralidad, define una condición de armonía psicobiológica de la que emana un sentimiento de bienestar y la elevación de la autoestima.
Estilo de vida.
Evidentemente el estilo de vida propicia la forma física, dado que los patrones conductuales adoptados se reflejan en la actitud física desarrollada, por tanto ella es resultado de la convergencia de diversos factores, entre los que se destacan: los hábitos alimentarios y la práctica de actividad física.
La ingestión de alimentos es una necesidad cotidiana del hombre, pero este acto, transformado en consumo dietético, debe estar dirigido al mantenimiento del equilibrio natural orgánico, restaurando así la dinámica corporal y no ser un factor de conflicto para la salud, sin embargo, es común que la alimentación se asuma como un placer más, prefiriéndose los sabores fuertes, extremas y complejas formas de preparación, una gran variedad en una sola comida, excesiva ingesta de proteínas de origen animal, cereales refinados, el uso de compuestos alimentarios sintéticos muchas veces aislados; en sí sé artificializa tanto el hábito alimentario que se rechazan las formas naturales más sanas.
Especialmente, muchos de los alimentos ingeridos, son potencialmente convertidos en sustratos fermentativos en las primeras porciones del tubo digestivo, pasan por sus zonas naturales de biodegradación llegando prácticamente sin transformación al colon, bajo un efecto de inhibición competitiva entre las bacterias presentes a nivel intestinal, producen emisiones de gas.
La preservación de la salud física y mental constituye una responsabilidad individual, con independencia de las acciones dirigidas a su conservación.
Por otro lado, una combinación amplia y variada de carbohidratos y grasas, particularmente saturadas, en una sola comida, modifican no solo el tiempo de tránsito por el tubo digestivo, sino que entorpece la acción enzimática y absortiva en este propio órgano.
Debemos tener en cuenta que los nutrientes se encuentran repartidos de forma irregular entre los alimentos de origen natural, y por tanto, es imprescindible incluir en la dieta alimentos que aporten las cantidades de energía necesarias para suplir las necesidades fisiológicas y satisfagan el aporte de la mayoría de los nutrientes esenciales.
Por tanto, si la alimentación la convertimos en un centro más de placer sin considerar el verdadero papel biológico de esta función, entonces, se revierte en factor de reforzamiento al agotamiento, al cansancio e incluso a llegar a enfermar al hacer más compleja y lentas las digestiones, incrementando el tiempo de permanencia en el organismo de productos tóxicos, añadir elementos minerales y otras sustancias que comprometen el equilibrio del organismo.
No se debe obviar a la alimentación como un proceso integrado, no ingerimos sustancias aisladas, sino alimentos que incluso pueden constituir factores terapéuticos, por ejemplo, la cebolla cruda favorece la secreción de ácido clorhídrico en el estómago contribuyendo a una mejor absorción, además moviliza las flemas depositadas en los bronquios, aliviando la tos, etc; el aguacate previene la ateroesclerosis y los altos niveles de colesterol en sangre, actúa además positivamente en personas con enfermedades cardíacas: angina de pecho, problemas con las arterias coronarias, obesidad y páncreas.
La reducción de una ingesta calórica, en los casos de individuos que realizan grandes esfuerzos físicos, pero deben mantenerse delgados, puede llevar a deficiencias vitamínicas y nutrimentales, si no se toman los adecuados suplementos específicos, esta situación puede subsanarse con el uso de frutas u otros vegetales, por ejemplo: el ácido ascórbico (vitamina C) u otros suplementos utilizados en la práctica deportiva como son los suplementos hechos a base de proteínas, etc…
Ahora bien, un aumento de la ingesta vitamínica, especialmente sintéticas, no carece de riesgos, las de tipo hidrosolubles no son un grupo problemático, siendo muy rara la intoxicación por hipervitaminosis, sin embargo, no se puede descartar esa posibilidad, por ejemplo, la niacina tiene efectos antilipolíticos a dosis relativamente altas, así, si consideramos que ella resulta del metabolismo del triptófano, un alto consumo proteico y una suplementación excesiva de la vitamina, podría llegar a frenar la liberación de ácidos grasos por el tejido adiposo, de esta forma aumentaría la velocidad de biodegradación del glucógeno muscular con la aparición de fatiga precoz.
La práctica de deportes o ejercicios moderados que facilite la liberación y canalización positiva de las energías físicas y mentales, y a la par, beneficien el estado del sistema osteomuscular y el resto de los sistemas de órganos.
Existen evidencias experimentales acerca de que los excesos de ácido ascórbico (vitamina C) no suponen ventajas apreciables en cuanto a la capacidad de realizar ejercicios físicos, si el estatus vitamínico es el adecuado, pero puede estimular la aparición de cálculos renales y la posible destrucción de la vitamina B12.
Una dieta adecuada permitirá el mantenimiento de la salud, lo que unido a la realización de ejercicios físicos sistemáticos favorece la forma física.
La práctica de ejercicios y actividad física de manera regular, tiene notables efectos beneficiosos sobre la salud y el estado anímico, destacando los siguientes:
Favorece la movilización y consumo de las grasas, reduce la tensión arterial de la misma manera que lo logra la ingestión de algunos medicamentos antihipertensivos, sin provocar efectos secundarios.
Disminuyen los niveles de glucosa en sangre sin afectar los de la insulina e incluso incrementa la sensibilidad a esta hormona cuando es empleada de manera externa.
Mejora la circulación coronaria y en otros vasos, incrementando además el calibre de las arterias y de la densidad capilar.
Retarda el crecimiento de tumores malignos.
Mejora notablemente la capacidad pulmonar.
Por su parte, el sedentarismo y/o la falta de tensiones musculares en la producción y la vida cotidiana, influyen negativamente en la fisiología del sujeto, en caso de que actividad física solo se relacione a los movimientos imprescindibles, que contribuyen a la ejecución de sus funciones laborales, y por tanto, solo se conserva la fortaleza de los músculos que intervienen en la adopción de posturas o aquellos ejercitados en una acción muy concreta, se va a provocar un empobrecimiento gradual y en decremento, de las funciones motores y las capacidades físicas (fuerza, resistencia, velocidad) alguna vez desarrolladas.
Cuando el sedentarismo es mayor y no existe en lo absoluto actividad física deportiva o de carácter recreativo, con limitación voluntaria de los movimientos, sin que exista un impedimento físico para ello, se enfrenta una hipoquinecia o disminución de la capacidad de movimiento lo que provoca:
Disminución de las fibras musculares esqueléticas y del peso de los músculos con decremento de la fuerza muscular por sobre la magnitud normal.
Se afecta la postura corporal y el equilibrio durante el movimiento de traslación al aumentar las oscilaciones del centro de gravedad y la alteración de la coordinación de los movimientos por el sistema nervioso.
La práctica de ejercicios y actividad física de manera regular, tiene notables efectos beneficiosos sobre la salud y el estado anímico.
Disminuyen las dimensiones del corazón y se acelera el pulso.
Disminuyen las funciones de las glándulas endocrinas, particularmente las suprarrenales.
Así, los cambios en el régimen de la actividad muscular puede reflejarse, tanto en algunas funciones motoras como vegetativas del organismo, y en general, en su estabilidad al actuar factores ambientales perjudiciales, sociales o no, procedentes del entorno en que desarrollamos las actividades cotidianas.
En resumen, la consecución y mantenimiento de la forma física encuentra sus mejores aliados en:
Una dieta que supla las necesidades nutricionales del organismo y evite la incorporación o permanencia, y favorezca la evacuación, de tóxicos del organismo, agilice el proceso digestivo y se convierta en factor terapéutico.
La práctica de deportes o ejercicios moderados que facilite la liberación y canalización positiva de las energías físicas y mentales, y a la par, beneficien el estado del sistema osteomuscular y el resto de los sistemas de órganos.
La consecución de un estado físico y mental de aceptación general, facilitador de un plan de actuación tendiente a propiciar la condición de bienestar que emana del cumplimiento de nuestros propósitos y eleve la autoestima.
La reducción de una ingesta calórica, en los casos de individuos que realizan grandes esfuerzos físicos, pero deben mantenerse delgados, puede llevar a deficiencias vitamínicas y nutrimentales
Bueno amigos espero que este artículo les haya servido para darse cuenta de las grandes ventajas que tiene el llevar un estilo de vida sano a través de un plan de alimentación y actividad física para mantener un excelente estado de salud y los riesgos que conlleva el no llevarlo.
Y recuerden que no existe complemento, sustancia o pócima mágica que sustituya un buen plan de nutrición, entrenamiento y complementación y suplementación bien diseñado y personalizado por un profesional.
0 comentarios:
Publicar un comentario