Cursor Pajaro Verde

viernes, 27 de junio de 2014

Control de predadores y caza

A PESAR DE LOS PROBLEMAS Y TRABAS DE LOS ECOLOGISTAS

Control de predadores y caza



En los Consejos de Caza autonómicos deberíamos abundar cada año para lograr que se nos permita trabajar a los gestores del campo con unos métodos de control de predadores que sean eficaces y que no se venga abajo nuestra ilusión.
Pero los ecologistas siguen sin ver la realidad de lo que nos rodea y poniendo todas las trabajas posibles a la caza y a la gestión cinegética.Resulta curioso que a algunas personas con capacidad de decisión dentro de la Administración, a la vista de que se acercan las elecciones autonómicas, más o menos un año antes, les cuesta dar ese paso al frente en algunas materias que tanto necesitamos en el día a día. Están un tanto reticentes por aprobar algo que luego les pueda perjudicar electoralmente. La cuestión es que ese miedo crea muchas incertidumbres y perjudica a  muchos ciudadanos que no entienden que un país se bloquee un año antes de las urnas y luego se tarde en arrancar muchos meses, aunque repitan los mismos. De manera que si lo pensamos fríamente, nos ceñimos a dos años de los cuatro disponibles para trabajar con una cierta línea a trazar.
La coherencia debería imponerse en esos despachos y dar facilidades a los que quieren trabajar para cuidar el campo sería lo realmente razonable, lo miremos por donde lo miremos, por ello es necesario dotar a los cotos de herramientas. Me decían que en un Consejo de Caza reciente, los que defendían al sector ecologista no han cambiado su discurso, siguen con aquél de años anteriores, oponiéndose a casi todas las iniciativas que planteaban los cazadores. En el caso de los métodos de control de predadores, se sigue cuestionando el uso de las jaulas trampas, pese a su homologación. ¿Cómo se puede defender un coto o simplemente un terreno de la intromisión en su dominio de cazadores especialistas? El uso de arma de fuego se limita, y hay que decir la verdad que exige mucha dedicación, tiempo y fortuna. En cambio, las jaulas trampas son la mejor manera de capturar en vivo y soltar si procede a un animal que no se desea controlar. Los críticos con este sistema de captura deberían, además de aportar su recelo, añadir también alguna alternativa posible y factible, sin matar moscas a cañonazos, de cómo se puede evitar todo este desaguisado y poner la parte real, sin un falso sentimentalismo, porque ¿acaso ponen encima de la mesa las secuelas que sufre ese conejo, pajarillo o perdiz capturada en su nido o simplemente molestada?
Lo que toca ahora es ponerse a trabajar, exigir que se visiten a diario dichas jaulas, que se liberen especies protegidas y de igual manera se controlen las permitidas, eso es algo que nos atañe a todos los cazadores, y culpar a todo un colectivo de algunas sombras es como si prohibiéramos conducir los fines de semana porque es cuando más muertos se cobra la carretera. Cualquiera de los métodos que adoptemos para el control de depredadores no deja de tener un componente de riesgo, pero hay que valorar el cómputo general de su eficacia y no debe arrugarles a los que deciden su autorización y continuidad. Además, cuando las personas hicieron en su día un desembolso para  su adquisición, entonces se las consideró útiles para determinados fines. No entiendo por qué ahora deban prohibirse. No están los tiempos para tirar nada, y más algo que tiene un cierto valor. ¡Y que funciona!
Etiquetas: 

0 comentarios:

Publicar un comentario